sábado, 12 de abril de 2008

Curioso proyecto de Bill Gates

Una de las cosas de las que le fundador de Microsoft Bill Gates no puede ser acusado es de pereza. El ya programaba a los 14, fundó Microsoft a la edad de 20 años mientras todavía era estudiante de Harvard. Hacia 1995 el había sido catalogado por Forbes como el hombre más rico del mundo, siendo el accionista principal de Microsoft, una empresa que a su paso se granjeó de hecho el monopolio del software para sistemas de computadoras personales.

En 2006 cuando la mayoría de las personas en tal situación podría pensar en retirarse a una quita isla del Pacífico, Bill Gates decidió enfocar sus energías a su Fundación Bill y Melinda Gates, la más grande fundación privada “transparente” como lo dice, con una dotación enorme de 34.6 billones de dólares y una necesidad legal de gastar 1.5 billones al año en proyectos caritativos alrededor del mundo para mantener su estatus de libre impuesto por caridad. Un regalo de un amigo y socio, el mega -inversor Warren Buffet en 2006, del valor aproximado de 30 mil millones de dólares en acciones de valor en el Bufete de Berkshire Hathaway puso a la fundación de los Gates en la liga donde gasta casi la cantidad anual del presupuesto entero de las Organización para la Salud Mundial de las Naciones Unidas.

Así, cuando Bill Gates decide a través de la Fundación Gates invertir algunos 30 millones de su duramente ganado dinero en un proyecto, vale la pena mirar.

Ningún proyecto es más interesante en este momento que un curioso proyecto en uno de los puntos más remotos del mundo, Svalbard. Bill Gates está invirtiendo millones en un banco de semillas en el mar de Barentz cerca del Océano Ártico, aproximadamente a 1100 Km del Polo Norte. Svalbard es un pedazo estéril de roca reclamada por Noruega y cedido en 1925 según un tratado internacional (ver el mapa).




En esta isla abandonada por Dios, Bill Gates está invirtiendo decenas de sus millones junto con la Fundación Rockefeller, la Corporación Monsanto, la Fundación Syngenta y el Gobierno de Noruega, entre otros, en lo que se ha llamado “el banco de semillas del día final”. Oficialmente el proyecto se llama Bóveda de Semillas Global de Svalbard en la isla Noruega de Spitsbergen, parte del grupo de islas de Svalbard.



Ahora, ¿esto es puro descuido filosófico?. ¿Qué conduce a las Fundaciones Gates y Rockefeller al mismo tiempo a retroceder la proliferación semillas patentadas y en proceso de serlo a lo largo de África, un proceso en el cual, como en cada otra parte de la tierra, destruye las variedades de semillas de plantas a medida que el agronegocio del monocultivo se introduce, y al mismo tiempo invierte decenas de millones de dólares en preservar cada variedad de semilla conocida en un bunker anti-bombas cerca del remoto Círculo Ártico “de forma que la diversidad de cosechas pueda preservarse para el futuro” para reiterar su liberación oficial?

Fuente:

1 comentarios:

Chino (Tan Conectados) dijo...

Dudo que algo bueno pueda salir de cualquier cosa en la que esté involucrado Monsanto (que por lo que tengo entendido, ahora se dividió en seis compañías con distintos nombres para intentar diluir su mala fama).
Especialmente hipócrita cuando LA corporación responsable del 90% de los monocultivos y transgénicos se pone a hablar de "conservación de la biodiversidad".