jueves, 24 de abril de 2008

Porque cambian de nombre las marcas?

“Clavame la sombrilla” es una publicidad de CTI, ¿está Claro?

Cuando hay gente que a su celular le sigue diciendo: “”Movicom”, ¿por qué hay marcas consolidadas que se atreven a cambiar?
¿Qué le pasa al consumidor con todo esto?
Al hombre que tenía una cuenta en un banco exclusivo, de cartera sofisticada como Bank Boston y de repente le cambian el cartel por un banco “Standard”.
A la mujer que estaba contenta con su tarjeta de crédito y repetía sin cesar: “Qué grande esta tarjeta..!” y de repente dejó de ser tarjeta RIO para pasar a ser SantanderRIO, por no decir que dejó de tener los colores de Boca para pasar a lucir los de River.
Y a los que escriben en su computadora marca COMPAQ pero cuando llaman al service sienten que los atiende la competencia que es HP.
Y todos los que hasta el año pasado bailaban “que te clavo, que te clavo la sombrilla” con su CTI y son parte de una marca que les vende simplicidad y un nombre CLARO.
Hay casos diferentes, algunos que sólo cambian de nombre y dónde el consumidor sólo debería acostumbrarse. Y otros que además de cambiar de nombre, cambian de concepto y realmente pasan a ser otra marca, donde tal vez el consumidor encuentra otro beneficio, otro atributo que quizás no hubiera elegido.
El problema de las marcas está “Claro”. El mundo corporativo quiere ahorrar costos y tender a una sola marca global por cada categoría de producto, o en una mejor estrategia convertir el negocio en tres marcas: para clase alta, media y baja. Pero lo que le pasa al consumidor con estos cambios aún no está “Claro”. O tal vez, haya un período en el juego de cambio de marcas, donde el consumidor quiere ver, escuchar el nuevo discurso, concepto, personalidad; para después decidir, resignar o elegir.






Fuente: Clarin, www.clarin.com

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