martes, 16 de septiembre de 2008

Los 10 Errores más grandes de los Freelance y como evitarlos

No existe el freelance perfecto, así como tampoco existe el empresario perfecto ni el empleado perfecto. Pero hay errores que muchos veces cometemos, y nos acarrean problemas a nosotros y al cliente.

Algunos errores son más dramáticos que otros, pero podemos pensar en todos. El considerarlos nos va a ayudar a evitarlos y a trabajar más cómodos, esto equivale a que nuestra calidad de trabajo también mejore.

Esta es una traducción totalmente libre de un artículo publicado en el blog de Freelance Swicht, sin embargo he agregado notas y comentarios personales que aportan más información. Por eso la extensión de artículo. Pero vale la pena llegar al final.

Aquí las fallas que cometemos o que hemos cometido. A sincerarnos:

1) Fallas en los plazos de entrega:
Como freelance, tu reputación es todo, y si esta es mala, tu futuro en el mundo profesional es muy oscuro. Si fallamos mucho en los plazos de entrega prometidos tus clientes sencillamente se van a ir a otra parte. Nos tacharán de irresponsables y una vez que nos rotulan así es muy difícil salir.

Solución:
Llevar una agenda detallada con plazos de entregas, no tomar más trabajo del que podemos cumplir, ser sinceros con nuestro cliente, si nos demoraremos en la entrega poner en aviso al cliente. En resumen organizarte y dar prioridad a las fechas.



2) Demasiado caro, demasiado barato:
El tema del precio de tus trabajos es determinante. Por ejemplo los nuevos freelances se infravaloran y cobran demasiado barato. Esto hace que un potencial cliente dude de la calidad del trabajo. Por otro lado tenemos a los viejos freelances (o no tanto) que se supervaloran, llegando a cobrar "cualquier cosa".

Solución:
Buscar el equilibrio. Una buena forma de hacerlo es fijarte un sueldo por mes aproximado y sacar el costo real de tu hora de trabajo, y multiplicar por la cantidad de horas que estimás para un sitio web.

Cobrar poco está bien cuando empezas, pero no es bueno regalarse siempre, tampoco es bueno cobrar exageradamente, porque nos somos los únicos, la globalización e internet permite que el cliente busque precios y se informe.



3) Poca o nula investigación del cliente-proyecto:
Este es un error típico y hablo por experiencia propia. Muchas veces cotizamos y aceptamos trabajos de los que después nos arrepentimos. El estudiar un proyecto o trabajo superficialmente puede ocasionarnos grandes dolores de cabeza.

Solución:
Investigar al cliente; internet es una herramienta valiosa en ese aspecto. Preguntarnos; ¿qué quiere? ¿por qué me eligió a mi? ¿de donde vino? ¿trabajó con otro freelance antes?.
Examinar el proyecto; pedir la documentación detallada de los proyectos grandes, para los proyectos chicos con una conversación se puede tener una idea bien realista de lo que necesita el cliente.

4) Elegir a los clientes incorrectos:
La relación freelance-cliente es muy importante, si bien no existe tampoco el cliente ideal, podemos evitarnos problemas si nos planteamos cuestiones como; que estilo de trabajo busca, como es su sistema de pagos, que cantidad de trabajo requieren etc. El estar cómodo con el cliente es todo, te lo aseguro. Si no te sentís o sentís que estás haciendo algo que no te gusta, sencillamente la calidad de tu trabajo se irá por el piso, y lo que es peor; no vas a disfrutar de tu trabajo, solo broncas y amarguras.

Solución:
Nuevamene la investigación, luego una charla amena, que sea como una entrevista de dos canales. Para decidir si uno le sirve a ellos y ellos a uno. Luego hacer un trabajo de prueba para ver como fluyen las cosas.


5) Ser demasiado Formal o informal en el trato:
Es muy bueno ser amistoso y cordial con nuestro cliente. Casi ninguna persona se siente cómodo con un profesional que se muestra angustiado o molesto. Por eso el mostrarnos alegres y positivos hablará bien de nosotros.

Sin embargo vale acotar que no debemos caer en el extremo o exageración de confianza. Ser demasiado entusiaste también irrita, por eso es muy importante busca el equilibrio. Ni demasiado formal ni demasiado informal.

Otro elemento importante es no fijar los límites comerciales con nuestro cliente. Recordemos que él no vino a buscar una amistad, vino a hacer un negocio o encargar un trabajo.

Solución:
En el trato tanto escrito como hablado, podemos empezar de manera formal, luego a medida que avanza el diálogo podemos adotar un tono más amistoso.

6) Mostrar nuestro enojo:
No van a faltar situaciones en tu trabajo como freelance que te harán rabiar. Sin embargo nunca debemos mostrar nuestro enojo frente a un cliente. Si mostramos frustración o descontento podemos causar una muy mala impresión opacando nuestro trabajo y perjudicándonos ahora y en el futuro. Por más razón que tengamos debemos mordernos la lengua.

Solución:
Si hay un problema con el cliente, lo mejor es no hablar en el momento de irritación, por más razón que tengas lo mejor que podés hacer es esperar, podés hablar con un amigo, hacer ejercicio, etc. Luego cuando te hayas "enfriado" podrás hablar de una manera "no emocional" o mejor dicho de una manera "profesional".

Que pasa si el cliente nos hace pasar cuadros de enojo constantes? Lo mejor es hablar bien claro y plantear tu descontento. Si la situación no cambia, simplemente le explicás diplomáticamente que no trabajarás más para él por "diferencias de criterios". Así de simple.

7) No dejar ideas abiertas
Normalmente la prisa con la que a veces trabajamos no nos hace pensar en el futuro. Normalmente cuando terminamos con un cliente, pasamos automáticamente a otro, sin dejar un contacto o una idea abierta para que este cliente vuelva. Si no lo hacemos así nos encontraremos siempre trabajando para clientes nuevos. Y ya sabés lo que cuesta conocer a un cliente, aprender las mañas, gustos, estilos, etc.

Solución:
Dejar una idea o conceptos abiertos. Sugerirle al cliente nuevas ideas que lo ayuden realmente y que puede hacerlo volver a contratar nuestros servicios.



8) No contar con varios clientes.
Es muy común que como freelances le demos mucha importancia a los clientes "grandes" o a los que mejor pagan. Pero es muy importante considerar que si tenés pocos clientes o si tu negocio se basa exclusivamente de uno o dos clientes, corrés el riesgo de caerte en sentido económico. ¿Qué pasa si el cliente cambia de proveedor? ¿Que pasa si se retira del negocio?

Solución:
Dar atención a todos los tipos de clientes, ampliar tus servicios, no encasillarte con pocos clientes.

9) Demasiado días de vagancia:
Hagámonos cargo, a veces no podemos ni queremos trabajar. Por eso uno puede tomarse ratos o días para descansar o hacer otra cosa. Pero si caemos en dedicarnos a extender estos períodos de "recuperación" empezarán a fallar nuestras ganancias.

Solución:
Es muy bueno ser flexible porque uno rinde más en el tiempo en que se siente productivo, pero si tenés plazos que cumplir es muy bueno no "apagarte", seguir remando con la idea de que pronto descansarás. Traza los trabajos pendientes y observa las tareas que ya cumpliste, te va a motivar.

10) No identificarte con el trabajo:
A veces tomamos ciertos trabajos porque nos interesa el dinero, pero no alinea con quienes somos realmente o no es nuestro estilo. En fin no nos sentimos cómodos con el trabajo que nos han encargado. Y comenzamos lentamente a odiarnos y a odiar el trabajo hasta que no podemos seguir.

Solución:
Intentar, desde un principio, encontrar el trabajo que alinea con tus valores, que te permita que ser quien sos. Debes ser sincero en la elección de cada trabajo y nunca temer a decir "NO".
Debes esforzarte siempre encontrar el trabajo que amas.

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